Loreto Saavedra, Claudia Luisa Bate y Jesús Rivillo
El hecho de que la sociedad global se encuentre ante una alerta epidemiológica y una migraciópandemia ad portas a causa de un virus gripal, no es novedoso desde una perspectiva sanitaria. Hace seis años la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya anunciaba un posible brote pandémico a causa del contagio entre personas del virus de la gripe aviar (H5N1). Hoy, a diferencia del año 2003, el llamado de alerta se origina por el contagio de la gripe porcina (H1N1), que en menos de 48 horas acapara las portadas e informativos de los medios de comunicación.
Lamentablemente es en este contexto complejo y de emergencia a nivel mundial, donde se puede encontrar un espacio de debate con posibilidades reales de repercusión para plantear lo importantes que son -al igual que los factores biológicos y ecológicos- los aspectos sociales de problemáticas sanitarias.
Según el artículo del Doctor Manuel Corachán -consultor externo del Centro de Investigación en Salud Internacional de Barcelona (CRESIB)- titulado “Enfermedades emergentes, mucho más de lo mismo” (2001), se definen como patologías emergentes aquellas que se consideran como verdaderamente nuevas; las que ya existen pero no se han reconocido; y aquellas que están ampliando geográficamente su área de transmisión. Las reemergentes por su parte, responden a aquellas ya conocidas pero que parecen estar “dormidas” durante un tiempo considerable para reaparecer en brotes epidémicos.
El caso de la “gripe porcina” y posteriormente denominada ”nueva gripe” podría identificarse, según esta clasificación, como una enfermedad emergente. Aunque la OMS la ha asociado, en un primer momento, a infección en humanos con virus de influenza porcina (1), posteriores análisis han demostrados que era un organismo diferente y singular. El cuadro clínico en las personas presenta síntomas que se asemejan generalmente a una gripe estacional, pero estos pueden variar desde infecciones asintomáticas hasta neumonías severas que pueden provocar la muerte.
Ante el número de decesos causados por la “nueva gripe” en el mundo, los expertos de la OMS han cambiado el nivel de alerta de 3 sobre 6 a un nivel 5, lo que implicaría superar la alerta que se impuso con la gripe aviar (que se mantiene hasta la actualidad). Es decir, entre otras medidas se haría un llamamiento a no visitar los países más afectados.
En México, el país en el que se han registrado mayor número de casos, se saca a la calle al Cristo de la Salud después de más de 300 años para pedir protección y las autoridades hacen lo que pueden ante la crisis sanitaria.
Mientras tanto, el número de contagiados -que presentan síntomas similares a personas que han contraído el virus H1N1- y muertos cuya causa las autoridades ya no pueden desvincular de la “nueva gripe”, continúa en aumento minuto a minuto.
Esto evidencia que la situación no se ha manejado adecuadamente, tanto desde una perspectiva comunicacional como sanitaria, puesto que las autoridades competentes, al parecer se habrían limitado en primera instancia a verificar la aparición de casos y sólo ahora estarían tomando medidas concretas que actúen como filtro para reducir la amenaza del virus de la nueva gripe.
El modo en el que han operado los responsables políticos de las naciones más afectadas por el brote epidémico, es algo que debe servir para la reflexión. La OMS ha sido clara en afirmar que: “El manejo del riesgo nacional de influenza pandémica sigue siendo básicamente una responsabilidad de las autoridades nacionales pertinentes"(2)
Lo anterior puede vincularse, entre otras cuestiones, con el hecho de que México es tan responsable como cualquier otro país en la tarea de evitar la propagación de este tipo de patologías infecciosas. Es por ello que la prevención sigue siendo un elemento clave del accionar frente a la gripe porcina y a cualquier otro tipo de nueva enfermedad que pueda propagarse en el mundo.
Una de las cuestiones centrales es evitar que los organismos del ámbito de la salud caigan en una práctica de verificación de personas contagiadas. La necesidad de una función coordinada, tanto a nivel nacional como internacional, de medidas de preparación y educación resultan claves en la tarea de reducir el riesgo de propagación de pandemias y enfermedades infecciosas.
Hoy es necesario tomar medidas inmediatas que permitan controlar la gripe porcina, pero no hay que olvidar que ningún país ni gobernante se encuentra al margen del riesgo de contagio de esta enfermedad y cualquier otra patología emergente o reemergente. Basta sólo recordar que los casos de gripe porcina en Estados Unidos se elevarían a veinte, según ha informado la Secretaria de Estado de Seguridad Nacional, y mexicanos que estuvieron con Obama en su reciente visita a este país se cuentan entre las víctimas a causa del virus H1N1.
En el caso específico de España, las autoridades deben coordinarse con otros gobiernos frente al brote de la gripe porcina y la OMS, cuyo Comité de Emergencia ha calificado la situación de “emergencia de salud pública de importancia internacional”(3)
La acción inminente es clara, aunque las directrices las dicte la OMS, es trabajo de las autoridades socio-sanitarias atajar la situación de contagio en el territorio español. Hemos sido testigos de una reacción rápida y transparente por parte de la administración del Estado ante la crisis, lo que ha marcado una diferencia con otras naciones.
Es necesario continuar por el mismo camino, no sólo en cuanto a la gripe porcina se refiere sino también en relación a otras nuevas enfermedades cuya transmisión puede verse intensificada por el aumento de los flujos migratorios a nivel mundial.
Por ello es un deber trabajar también en medidas específicas vinculadas a las migraciones, debido a que éstas ejercen enorme influencia en la distribución temporal y espacial de patologías infecciosas. Un tema sumamente importante para países como España, en el que se ha registrado un aumento creciente de movimientos de población transfronterizos por motivos de turismo, razones económicas o huida de situaciones extremas -guerras, hambrunas, entre otras-.
En cuanto al turismo no es sólo la población que sale del país sino también la que entra, la que debe ser objeto de previsión y regulación socio-sanitaria.
En el caso de los residentes españoles que viajaron al extranjero, los datos consolidados más recientes emanados del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio español, registraron como principal país de destino fuera de Europa a Marruecos, el que recibió un total aproximado de 565 mil personas el año 2007–un 5% del total de los viajes al extranjero-. Otros de los puntos más visitados por los españoles fueron América del Sur, con más de 1 millón de visitantes, y América del Norte, principalmente Estados Unidos y México, que sumados superaron los 248 mil turistas.
Con respecto a los extranjeros que visitan territorio español, antecedentes del Barómetro de la Oficina Mundial de Turismo (OMT) de 2007 lo identificaron como el segundo destino turístico del mundo, con un total de 59,2 millones de personas, sólo superado por Francia(4). En el mismo período visitaron España alrededor de 700 mil turistas asiáticos, de los cuales 360 mil son japoneses, 67 mil chinos y 60 mil indios(5)
En cuanto a la inmigración debe asumirse el carácter de España de país receptor de población proveniente del extranjero y las posibilidades que favorece este fenómeno en cuanto a la transmisión e incubación de patologías. Como ejemplo es posible citar:
1. Contacto con fuentes de contagio de enfermedades endémicaso de gran incidencia en las poblaciones dorigen.
2. Hábitos culturales de higiene y de alimentación en los países de procedencia.
3. Exposición a ciertos tipos de contaminación que los hagan más susceptibles a las infecciones.
4. Condiciones extremas de hacinamiento, precariedad, pobreza y explotación de los inmigrantes irregulares en los países receptores.
España se ha transformado no sólo en lugar de tránsito obligatorio de personas sino en receptor de altos índices de inmigrantes, debido a su situación geográfica y condiciones climáticas. La tendencia continúa en aumento y en el último año el número de extranjeros ha alcanzado los 4 millones de personas.
Según las estadísticas más recientes de inmigración por nacionalidad, al finalizar el 2007 el 67,66% del total de extranjeros con certificado de registro o tarjeta de residencia en vigor en España, se concentró en diez nacionalidades. Destacan entre los colectivos con mayor cantidad de población inmigrante el marroquí (648.735 personas), el rumano (603.889) y el ecuatoriano (395.808). Aunque el colectivo del continente africano con mayor representación es el proveniente de Marruecos, llama la atención el incremento de la población procedente de Argelia (45.825), Senegal (33.217) y Nigeria (23.524).
Ante esta amalgama de flujos migratorios, es necesario definir estrategias que tengan en cuenta los conflictos sociales que deriven de este tipo de emergencias sanitarias. Entre ellos, la visión que los españoles tengan de los otros como consecuencia de posibles contagios, en concreto, de los inmigrantes económicos e irregulares y de todo aquel que sea percibido como diferente.
De igual importancia es dotar de información veraz, clara e inmediata a la población que entra o sale del país, sean nacionales o extranjeros. Así mismo, se deben implementar medidas preventivas y educativas orientadas a sensibilizar sobre las realidades de la migración, tanto las vinculadas a condiciones de precariedad como las relacionadas con el turismo, los negocios o la diplomacia.
No se puede olvidar que esta práctica no debe ser sólo una propuesta de protocolo para España, sino para la totalidad de los países que conforman la Unión Europea, tanto por sus interrelaciones ecológicas y geográficas como por las económicas, políticas y sociales.
-----------------------------------------
1 “Preguntas frecuentes sobre la gripe porcina”, Organización Mundial de la Salud (OMS). Disponible en: http://www.who.int/es/. Visitado el 27 de abril de 2009.
2 Página de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
3 Declaración de la Directora General de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Disponible en: [http://www.who.int/mediacentre/news/statements/2009/h1n1_20090425/es/index.html] Visitado el: 26 de abril de 2009.
4 “El turismo español en cifras, 2007”. Instituto de Estudios Turísticos, España. Disponible en [http://www.iet.tourspain.es/informes/Documentacion/TurEspCifras2007.pdf]. Visitado el: 27 de abril de 2009 y Barómetro OMT del Turismo Mundial, Vol. 6, nº 3, octubre 2008. Disponible en: [http://www.unwto.org/facts/eng/pdf/barometer/UNWTO_Barom08_3_sp_LR.pdf]. Visitado el: 26 de abril de 2009.
5 Diario La Vanguardia, 26-09-2008. Sección “Vivir”. Disponible en: [http://comunidad.lavanguardia.es/component/20081018/169100/el-ano-de-la-gripe-espanola.xhtml]. Visitado el: 26 de abril de 2009.